Málaga se ha convertido en un imán para los nómadas digitales que buscan un estilo de vida mejor que en el Reino Unido, pero una advertencia local ha sonado indicando que no todo está bien en la ciudad andaluza.
Aunque la actividad económica está en auge y Málaga se sitúa detrás solo de Madrid, Barcelona y Valencia en este aspecto, hay un equilibrio que debe encontrarse a medida que aumentan los alquileres y la afluencia de turistas, en línea con las nuevas atracciones.
El periódico i ha destacado el caso de una trabajadora freelance digital que está disfrutando de su experiencia en la Costa del Sol. Anteriormente considerada más como una puerta de entrada a otras atracciones cercanas, Málaga se está destacando por sí misma más que nunca. ¿Es sostenible? ¿Durará el auge? Estas y otras preguntas deberán ser respondidas, ya que la prosperidad debe incluir a la población local y a la cultura, en lugar de ser simplemente una vitrina para aquellos que pasan de paso.
Ambos pueden coexistir, y seguramente ese será el objetivo.
Tori Clinton, una mujer irlandesa de 28 años, trabaja de forma remota para una empresa tecnológica desde su actual base en Málaga.
«Por donde mires, hay personas con laptops», dijo a i.
«La gente piensa que estás de vacaciones, que no estás trabajando, pero yo trabajo mejor en un entorno tan hermoso».
Clinton mencionó que es difícil encontrar un apartamento para alquiler a largo plazo y paga 800 euros al mes por un piso de una habitación, lo cual es caro para España. Barcelona es el lugar más caro para alquilar, seguido por la capital.
«Estoy feliz de pagar 800 euros porque estoy tan contenta de vivir aquí. Me veo quedándome a largo plazo», continuó.
«España, y aquí en particular, no es barata. Estoy gastando el mismo dinero que gastaría en el Reino Unido. Pero con el buen clima, el estilo de vida. Hay tantas cosas que hacer por las noches. No vuelves a casa por la noche para ver Coronation Street. Hay un estilo de vida mejor».
Advertencia sobre el aumento de los alquileres y costos en Málaga
El clima en el sur de España y la cultura de cafetería son atracciones obvias, ya sea para unas vacaciones o una reubicación, pero puede haber un punto de inflexión.
Esto se traduce en aumentos de precios, como en los costos de alquiler, así como en otros efectos secundarios.
José Lebrero, el curador del Museo Picasso de Málaga, ha dicho que su popularidad es una espada de doble filo, como evidencia el hecho de que 641,000 personas han visitado el museo de Picasso hasta ahora este año, una cifra superior a la población de Málaga.
«De alguna manera, empieza a ser demasiada gente y empieza a ser desagradable, y las consecuencias son problemáticas», dijo a la misma fuente.
«La pregunta está relacionada con el turismo. Empieza a haber demasiados turistas que vienen a la ciudad y la gente local se va. Es como una tienda. Málaga es como París, Venecia o Barcelona».